jueves, 14 de junio de 2012

ONCE MESES CORRIENDO: ME TOMO UN DESCANSO


Imagen: www.granadablogs.com
Ufff, casi un año ya, qué rápido se me ha pasado. Un año desafiando todos los elementos, lluvia, frío, sol, viento, abulia, apatía, pereza, dolores y agujetas varios... y cuando ya estoy a punto para el cumpleaños, voy y me tomo un descanso. Precisamente el otro día en la página de facebook de la revista Runner´s world preguntaban a la peña si descansaban o no y yo contesté un NO rotundo, jaja. Pues me tuve que comer las palabras, porque al día siguiente así, a lo tonto, me cogí diez días de descanso. Lo necesitaba, me lo pedía el cuerpo. Y este martes retomé en plan suave y con muy poco acierto por mi parte, todo hay que decirlo. Porque junio es un mes maldito para mí, es fin de curso y me agobio sola, aunque después me dé tiempo a hacer todo. En mi cabeza se dispara el chip del estrés y no lo puedo remediar. Total, que los días que me tocaba salir a correr me quedé en la cama sobando, para qué voy a mentir. Y muy bien que me vino, por cierto. No es la primera vez que lo hago, pero en invierno, si no iba por la mañana, lo hacía al mediodía y tan ricamente. Pero es que ahora no se puede correr al mediodía, ni siquiera aquí, que hace un tiempo de mierda. Hace ya demasiado calor. Es lo que hay y no me arrepiento, a pesar de que he perdido facultades, o eso me parece a mí, que soy un pus. Creo que he hecho bien, teniendo en cuenta que me espera un plan espartano a partir de julio, con cuatro salidas a la semana a distintos ritmos. ¿Lo soportaré?

Y es que en los últimos meses he notado una gran mejoría gracias a eso: combinar distintas velocidades. Aparte de que combate el peligrosísimo riesgo de aburrimiento (y, consecuentemente, de abandono), entrenar a distintos ritmos evita adocenarse y que el cuerpo se acostumbre a hacer siempre lo mismo. Mucho renegaba yo del Galloway, pero está claro que es bastante efectivo dedicarle un día a la semana. Hasta ahora ese día me dedicaba a correr/andar simplemente. Ahora ya lo hago en un rango específico de velocidad, jugando con las pulsaciones. Hoy, por ejemplo, me dediqué a correr a 6.30 hasta llegar a las 160 pulsaciones y después a andar hasta bajarlas a 120. ¿Que cómo sé que corro a 6.30? Gracias a la lista de reproducción musical, que lleva temas que suenan a unos 148 bpm, ya hablé de eso en otra ocasión. A medida que vaya aumentando la velocidad en las salidas de 5 y 10 km, iré cambiando la lista de reproducción a 6, 5.30, etc.  Estoy empezando a un ritmo muy suave, como cuando me inicié en esto del running. Visto que once meses después no he abandonado, está claro que conmigo la suavidad funciona.

No creo que haga gran cosa en las cuatro semanas que quedan hasta mi runnercumpleaños, aparte de retomar el ritmo y preparar la tarta. A ver qué hacéis vosotros entretanto, vagorrunners. Nos vemos prontito