domingo, 15 de septiembre de 2013

VEINTISÉIS MESES CORRIENDO: EMPIEZA LA TEMPORADA

Hoooola, mis queridos vagorrunners ¿qué tal os ha ido el veranito? ¿Os ha crecido el culete con tanta caña y tanto chiringuito? Me temo que en ésas estamos todos, y claro, ahora con la vuelta al cole y los anuncios de las colecciones en la tele y trailalá trailalá nos empieza a remorder la conciencia y las lorzas nos pesan más que hace una semana ¿verdad? 
Yo he corrido a medio gas este verano, más constante que el año pasado pero con menos kilometraje. Me programé en modo mantenimiento: unos diez-doce kilómetros semanales para eso, para no perder la forma. El fondo ya es otro cantar. Tampoco podía correr mucho porque estaba probando las plantillas nuevas, y además andaba combinando con otras actividades, pero por lo menos no dejé semanas en blanco.
Así que llega septiembre y yo me veo completamente aburguesada y con una diez mil el seis de octubre, así como a la vuelta de la esquina. Solo de pensar en correr diez kilómetros me da una pereza que me dan ganas de meterme en la cama para siempre jamás, palabritadelniñojesús. Pero como yo me caracterizo principalmente por mi cabezonería, esta semana he empezado los entrenamientos, y eso que hasta octubre probablemente no podré hacer tres salidas a la semana, por problemas logísticos, léase madre a tiempo parcial y horarios incompatibles que sólo me permiten salir en las horas de más calor. Ene o, no.
Entonces me siento a tener una seria conversación conmigo misma, que son las peores porque no tienes escape. Y me pregunto: Morgana ¿qué carallo quieres hacer de tu runner-vida este año? Y la respuesta: no lo sé. Hace dos años tenía un reto: correr media hora seguida antes de diciembre. Hace un año tenía otro: correr los diez kilómetros en una hora. Uno lo conseguí, el otro no. Reflexiono un rato largo, muy largo, oigo las ruedecitas de mi cerebro trabajando. Y entonces, se me hace la luz: quiero subir la distancia a quince kilómetros. Distancia tonta, por cierto, porque hasta donde yo sé, no hay pruebas de quince kilómetros, pero si lo consigo, habré logrado dos cosas: aumentar la velocidad en diez, que buena falta me hace, y tener un poco más cerca la posibilidad de ir un día muy remoto a una media maratón.
Ahora toca diseñar el plan: un día de rodaje tranqui, aumentando un kilómetro al mes. Otro de calidad, aumentando la velocidad y el kilometraje según demanda. Y un tercer día de series. Salí esta semana a definir las distancias. El día de rodaje hice siete kilómetros y el día de calidad hice seis. A las series aún no he llegado porque no he tenido ningún día disponible. Lo cual quiere decir que en octubre me tocan rodajes de ocho kilómetros, en noviembre de nueve, y así sucesivamente. Y si pudiera meter un día de piscina por el medio, ya sería fantástico.
A todo esto, no me he vuelto a acordar de mis dolores de rodilla, lo que quiere decir que con las plantillas parece que me va bien. Ahora, el fondo que he perdido a nivel pulmonar durante el verano ha sido acojonante. El día del entrenamiento de calidad aguanté cinco minutos escasos a 180 pulsaciones, que es el ritmo al que suelo ir en las carreras populares. Mal te veo, Mateo. Pero como sigo con mi filosofía del NPN (no pasa nada) no me pienso agobiar, hala.
En fin, el mes que viene os contaré si he sido capaz de ir cumpliendo el plan y si al final me he apuntado a la que sería mi quinta diez mil. Dicen que no hay quinto malo ¿será verdad?