lunes, 15 de abril de 2013

VEINTIÚN MESES CORRIENDO: Y EL VENENO SALIÓ DE MI CUERPO

retomaraton.wordpress.com
Hola, queridos vaguetes. No, no me ha picado una víbora, ni un escorpión, ni una viuda negra. No, no tomo anabolizantes. No, no he fabricado más ácido láctico del habitual por exceso de entrenamiento. No, no he tomado cicuta/cianuro/estricnina o similar en un acceso de desesperación, asqueada de mi bajo rendimiento. Simplemente, el veneno de correr ha salido de mi organismo. Y tengo mi cuarta diez mil dentro de seis días.
¿Quiere esto decir que lo dejo? En absoluto. He llegado al final de un proceso de desintoxicación que se inició hace meses y contra el que he estado luchando contra viento y marea. Sencillamente, me he cansado de luchar. Tiro la toalla. Y estoy contenta con la decisión.
Cuando empecé en esto del trote hace ya veintiún meses, a las ocho o diez semanas me di cuenta de que estaba siendo víctima de un enganche peligroso, sensación que se centuplicó tras correr mi primera carrera popular. Me obligaba a salir a entrenar sí o sí, en cualquier situación climatológica, aunque cayeran chuzos, estuviera cansada o tuviera otra cosa que hacer. Esto fue "in crescendo" hasta que me topé, hace unos ocho meses, con una situación de sobreentrenamiento de la que creo que aún no me he recuperado del todo. Tras ese punto álgido, comenzó la lucha. Me di cuenta de que estaba metida en un combate entre lo que quería mi cerebro (seguir entrenando a dolor) y lo que me decía mi cuerpo (bajar el ritmo o incluso dejarlo). Entré entonces en una espiral de remordimientos de conciencia continuos y aún así manteniendo más o menos un ritmo uniforme de entrenamientos: tres días a la semana, etc. Lo malo de las espirales es que resulta complicado salir de ellas, así que aproveché la puerta abierta de las vacaciones de semana santa para tomarme un descanso. Como me iba a ir de viaje y no iba a poder entrenar, decidí descansar, recapacitar e intentar volver a los orígenes: correr como actividad sana que me mantiene en forma. Y ha sido como quitarme un peso de encima, lo juro. He decidido adoptar la filosofía del NPN: no pasa nada. ¿Que hoy no me apetece ir? no pasa nada. ¿Que hoy fui e hice un tiempo más penoso que de costumbre? No pasa nada. ¿Que hice menos distancia de la prevista? No pasa nada. Ya está bien de culpabilidad judeo-cristiana.
Resumiendo: que he decidido dejar de prepararme para las carreras populares, que no dejar de correr ni de ir a las carreras populares. Lo que tenga que sonar, sonará. Quizá si no hubiera bajado los tiempos en las tres últimas entrenando muy poco no habría tomado la decisión. ¿Será para siempre? No pasa nada. ¿Volverá mi obsesión? No pasa nada.
A todo esto, el domingo corro mi carrera favorita: los diez kilómetros de La Coruña paralelos a la maratón. Parece ser que el tiempo será más misericordioso con nosotros que el año pasado, lo cual tampoco es muy difícil. Lo siento por mi marido y me alegro por mí. No he perdido la ilusión por ir, pero no he entrenado mucho. Firmo por el tiempo de mi última diez mil sin mirar: 1:08. Lo máximo que he corrido estos días han sido seis kilómetros y arrastrando un poco el culito, pero... NPN. Y la semana que viene estaré por aquí contando la crónica, por supuesto, porque termine o no... ¡NO PASA NADA!

No hay comentarios:

Publicar un comentario