lunes, 12 de agosto de 2013

UN DÍA DE SENDERISMO: III SUBIDA AL MONTE PINDO










Playa de Carnota desde la cumbre del monte Pindo.
Fotos propiedad de Fata Morgana y Eva Quintela


 No todo en esta vida va a ser correr, y creo que ya comenté alguna vez que también me gusta el senderismo, así que aprovechando mi veraneo en la preciosa villa de Ézaro, una vez cada dos o tres años aprovechamos para hacer el ascenso hasta la Moa, el pico más alto del monte Pindo, a seiscientos metros de altitud. Quizá piensen ustedes que es una burrada, pero en absoluto, valga como prueba saber que mi hijo subió por primera vez con siete años, así que...
En fin, que aprovechamos el primer día de nordeste (garantiza día despejado e inmejorable visibilidad) para subir a comer. El ascenso lleva más o menos hora y cuarto, la bajada unos cincuenta y cinco minutos. En total, entre la sesión de fotos, el picnic y toda la pesca, estuvimos cuatro horas.
Hay varias rutas para subir, tres hasta donde yo sé: desde la aldea de O Fieiro, la más fácil, porque ya partes de 300 m de altitud, la que parte del nivel del mar en O Pindo y una tercera más tendida pero también más larga desde Caldebarcos. La de O Fieiro son siete kilómetros en total, ida y vuelta.


Carnota, espectacular al fondo



Ya se ve la Moa, ya se ve

 El encanto de hacer es la ruta es, como ya habrán adivinado, la vista. De las tres veces que he subido ésta ha sido la mejor en este aspecto, el día estaba despejadísimo y se llegaban a avistar lugares tan lejanos como el Pico Sacro, las dunas de Corrubedo y la desembocadura de la ría de Camariñas, un auténtico lujo.
La playa de O Pindo desde la cumbre

Corcubión al fondo



Isla de la Lobeira


O Carromeiro

Playa de Gures

Carnota, en todo su esplendor
Bien, aparte de captar  buenas fotos, yo llevaba otro objetivo en mente: era la primera vez que hacía la ruta desde que corro. Aunque ya he dicho que es fácil, incluso en la cumbre había un señor con bastón, no deja de ser todo cuesta arriba y cuesta abajo. Las veces anteriores había llevado yo misma un bastón para apoyarme en la subida, este año no lo llevé y tampoco lo eché de menos. Y la bajada no fue demasiado rompepiernas, de hecho, apenas si me dolió la rodilla después. Por supuesto, llevaba las plantillas nuevas.
Así que como recomendaciones, poco hay que decir: calzado cómodo, pantalón largo por aquello de los tojos y otras plantas que puedan pinchar, protección solar (yo me quemé la espalda), gorra, una botella de agua, repelente de insectos y a tirar millas. Para los frioleros aconsejo llevar algo de abrigo, porque en la cumbre sopla bastante el viento y hace frío. La ruta está perfectamente señalizada con los signos convencionales de senderismo, ya saben, = y X. Y mejor ir por la mañana temprano, sobre todo si va a apretar el calor. 


Morgana and company tras conquistar la cumbre

Finisterre

Descansando tras el picnic

¡Prueba conseguida!

Asia a un lado, al otro Europa...



Y además, hicimos amigos nuevos

Sólo me resta recomendaros que si un día os coincide pasar por aqui y tenéis tiempo para hacer la ruta, no lo dudeis. Merece la pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario