miércoles, 24 de julio de 2013

UNA VISITA AL ORTOPEDISTA


Sí, son mis pies. Ya ven, soy una runner presumida y me gusta llevar los pies arreglados y con las uñas pintadas en colores chillones. Y eso que los odio, no me gustan los pies en general, ni los míos ni los de nadie. Tampoco me gusta que me los toquen, por eso me los arreglo yo misma y jamás voy al podólogo.

Hablando de pies, aunque esté de vacaciones no me gusta dejar crecer la hierba debajo de ellos, y con motivo de mi segundo runnercumpleaños decidí hacer algo que tenía pendiente desde hacía tiempo: ir al ortopedista para hacerme unas plantillas correctivas. La idea me surgió hace un año y pico, a resultas de que empecé a usar plantillas de descarga normales y corrientes ante la amenaza de una periostitis tibial. Me fue bien, las tibias no volvieron a quejarse, pero este año he notado muchísimos problemas de sobrecarga en la pierna izquierda, y observando las suelas de las zapatillas, tras fijarme en que desgasto mucho más el talón de la derecha que el de la izquierda siendo zurda, pensé que había llegado el momento de rascarme el bolsillo y de hacer frente a unas cuantas verdades verdaderas.

Me han hecho un estudio completo que me ha constatado algunas cosas que ya sabía y me ha descubierto otras nuevas. La primera, lo que ya sospechaba: me estoy autocorrigiendo la pisada. De hecho, la ortopedista me dijo en cuanto vio las suelas: "eres supinadora". A lo que yo contesté que siempre me había tenido por pronadora, justo lo contrario. Un análisis de la planta en el scanner lo confirmó: pronadora que supina por compensación, y de ahí, una mala alineación de las rodillas, con la consiguiente sobrecarga.

Segunda observación: "eres diestra de pie", cosa que también tuve que desmentir. En el hipotético caso de que tenga que dar una patada a una pelota, se me va la pata izquierda sin pensar. Evidentemente, hago más fuerza corriendo con la derecha para compensar las molestias en el lado izquierdo. Molestias que no alivio, por cierto.

Y lo que no sabía: tengo la pierna izquierda más corta que la derecha. Muy poquito, pero lo suficiente como para cargar más en el lado contrario.

Por lo demás, me encontró muy bien para mi edad y para los horrores que dice ver a diario: el arco del puente, perfecto, ni pie cavo ni pie plano. No tengo juanetes ni principio de artrosis. Me dijo que con unas buenas plantillas personalizadas que neutralizaran la pisada y que me durarían dos años, notaría una gran diferencia y dejaría de tener dolores en el ciático, el tobillo y la rodilla. A ver si es verdad. Teniendo en cuenta que las plantillas me cuestan lo mismo que un par de zapatillas y me van a durar el doble si mantengo el kilometraje semanal en torno a los 25-30, creo que merece la pena. Seguiré usando zapatillas neutras. Las plantillas estarán listas la semana que viene, y ahí pasaré a contaros qué tal me va con ellas. Tengo un par de meses para testearlas hasta mi próxima carrera. ¡Pies, para qué os quiero!

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