domingo, 7 de julio de 2013

RETO RUNNING POR DEREITO: CORRIENDO POR EL AUTISMO

Todas las fotos son propiedad de Fata Morgana

Ya saben ustedes lo mucho que me gustan las carreras solidarias, así que imagínense  la ilusión que me hacía correr en el tercer Reto Running por Dereito. ¡Ah! ¿Que no saben lo que es? Yo paso a explicárselo en un pispás.
La asociación Por Dereito, de la que mi marido y yo somos socios fundadores, ya que tenemos un hijo con TEA, se ocupa de la integración de las personas con autismo. De hecho, nació hace unos siete años como plataforma para la integración de los niños con trastorno de espectro autista en las aulas ordinarias e incluso conseguimos crear una experiencia piloto en un colegio de Vilagarcía de Arousa que terminó cuando se produjo el cambio de gobierno en la Xunta de Galicia. Pero de ese tema prefiero no hablar, éste no es el lugar adecuado y además me pongo de mala leche y no es plan. Les recuerdo que este blog intenta transmitir siempre buenas vibraciones.
El caso es que la asociación organiza desde hace tres años un running que dura 24 horas. Bueno, el que corre 24 horas es el ultrafondista asturiano Demetrio Álvarez Gómez, lleva haciéndolo desinteresadamente desde la primera edición, el año pasado completó la escalofriante distancia de 174 kilómetros. No sé cuántos haría este año, habida cuenta que las condiciones climatológicas fueron extremadamente duras.
En fin, el primer año no corrí porque el reto se había celebrado el 16 de julio, si la memoria no me falla, y como yo me encargo de recordarles cada mes, yo empecé en esto del running el 12 de julio, así que como que no era plan meterse en tal lío corriendo treinta segundos y andando un minuto, ¿no? El año pasado el evento me pilló fuera, y por lo tanto este año tenía muchas ganas de ir. Y eso que el día no acompañó en absoluto. como saben ustedes, estamos en mitad de una horrible ola de calor y eso fue lo que chupé por activa y pasiva ayer. No había necesidad ninguna de correr, el reto consistía en cubrir todo o parte del recorrido de aproximadamente cinco kilómetros del paseo de A Illa de Arousa corriendo, andando, en barca, en bici, con el perro, etc. Pero yo lo quería hacer corriendo y además olvidándome de pulsómetros, gps y demás zarandajas. Mi marido me acompañó esta vez en calidad de fotógrafo, ya que no acaba de recuperarse del todo de ciertas molestias en el pie. Como la historia empezaba a las doce de la mañana y teníamos todo el día, decidí correr a las ocho de la tarde, tras darme un baño en la playa que no me sirvió de demasiado refresco: había 35 grados a esas horas y el aire era irrespirable. Ya saben lo mucho que detesto correr con calor, pero... se lo debía a mi niño. Me cogí una botella de agua y allá fui, arrastrando el culito, dispuesta a correr a trote cochinerísimo durante media hora, ni un minuto más.

Ya empezamos mal, forzando las cervicales. ¡Esa posturaaa!

Arrastrando el culito...
En fin, qué quieren que les diga, una puta torturita china, eso fue. El medio litro de agua fue directo a mojar la camiseta y el pañuelo en vez de resbalar por mi gaznate (me puse el uniforme de gala para la ocasión). A pesar del bonito e incomparable marco de la Ría de Arousa yo sólo me iba fijando en las poquísimas zonas que estaban a la sombra y procurando no tropezar con la gente que daba por finalizada su jornada de playa y subía con los cien mil bártulos a cuestas. Dos veces me crucé con Demetrio, el ultrafondista, que iba fresco como una lechuga como si acabara de nacer allí mismo... y "sólo" llevaba unos 60 kilómetros encima. Nos saludamos con una sonrisa, éramos los únicos corriendo en aquel momento. Yo iba tan hecha polvo que no pude ni alzar la mano para saludarlo. Y eso que mi ritmo era de unos 7'30" porque llevaba los pies como si pisara las brasas del infierno. En aquel momento los del Refugio de Animales de Cambados, que también se apuntaron a la convocatoria, iniciaban su tranquila marcha con los perretes abandonados que recogen y a los que ayudan a conseguir un hogar. Y también había gente que hacía el recorrido andando. Corriendo, sólo Demetrio y yo. Bueno, más bien Demetrio, para que nos vamos a engañar, yo hacía lo que podía.

Eso, tú haz que corres que igual hasta se lo cree alguien

Con el sudor se me despegaba el dorsal de la camiseta
Anda, reina, que ya te vale, ya...
 A la media hora justa regresé al punto de partida con la jeta como un semáforo en rojo y viendo enanos de colores, pero satisfecha por mi humilde aportación, ojalá hubiera corrido un poco más, pero, de verdad, es que no podía con el culo, hacía demasiado calor. Me dio por pensar en cómo sería el asunto si eso fuera una carrera popular de diez kilómetros y casi caigo redonda de la impresión.

Bueno, pues sólo me queda dar las gracias desde aquí a la asociación Por Dereito por la iniciativa y la organización, a Demetrio por su encomiable y desinteresado apoyo y a los patrocinadores, especialmente a Chema Sport, que es la tienda donde suelo comprar mis zapatillas de running, por cierto. Les diré que por los cinco euros de la inscripción nos dieron camiseta y bebida en abundancia, así que anímense y vengan al reto del próximo año, yo pienso apuntarme sin pensarlo, entre otras cosas porque... es imposible que nos toque un día con más calor ¿no?

Y si tenéis interés en contactar con nuestra asociación, aquí os dejo el enlace a su página de Facebook:






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