martes, 8 de octubre de 2013

LA CORUÑA10 2013: CÓMO ACABÉ MI QUINTA DIEZ MIL

Foto propiedad de Fata Morgana
Gracias, Bruno, por tirar la placa
Yo no sé si tengo mala suerte, querencia a los bichos o simplemente el síndrome de Calimero (ser quejica), pero el caso es que ha vuelto a suceder: la semana anterior a una carrera voy y me cojo un trancazo de mil pares de narices, nunca mejor dicho. Ya no tenía muchas ganas de acudir a mi segunda cita con La Coruña10, considero que es demasiado pronto después de los excesos veraniegos y siempre voy mal entrenada, en verano bajo el ritmo y en septiembre, entre la vuelta a casa, la vuelta al cole y la vuelta en general, tardo en empezar a correr como es debido, pero como la había hecho el año pasado y me picaba la curiosidad de ver cómo me iba este año (la curiosidad mató al gato, dicen)  y además quería testear las nuevas plantillas en carrera, pues me apunté, y seis días después las cataratas del Niágara en forma de mocos se apoderaron de mi organismo sin pedir permiso ni nada, oiga.
Total, que ya iba yo poco fina, saliendo seis o siete kilómetros en plan tranqui un par de días a la semana cuando el martes 24, a doce días del magno evento, me caigo con todo el equipo, lo que me jode al cuadrado porque me impide: 1. Entrenar; 2. Ir a tope de power aunque no entrene, que ya sé yo cuánto me duran los catarros, quince días como poco. Y, por supuesto, pasándolo de pie y trabajando, que no están los tiempos para coger bajas con la subsiguiente bajada de sueldo. En fin, hostias por todos los lados. Para rematarla, no corría diez kilómetros seguidos desde abril, cuando hice mi última carrera, y cuando empecé a pensar en semejante totum revolutum así como to junto, qué quieren que les diga, me hice kk. Salpimiéntese todo esto con el hecho de que el domingo anterior, a ocho días del magno evento y algo recuperada del síndrome del trol (léase catarro) bajé a trotar un poco y en el segundo kilómetro tuve que andar porque no podía con los huevos que no tengo hasta completar la miserable distancia de cinco kilómetros corriendo/andando, y el resultado fue decir: no voy. Suicidios, los justos.

Pero como soy una maldita mula y había cotizado ya los siete pavos de la inscripción con todo lo que eso conlleva, que si la pasarela, que si meter el pin, que si me dan un código que siempre tecleo mal, que ni hacer la declaración de la renta es tan complicado, coño, y perder todo ese chollo me daba así como penita gorda, decidí no precipitarme y pensármelo muy mucho hasta el día seis a las diez cincuenta y nueve zulú. La carrera empezaba a las once. Así que el sábado a las nueve de la noche empecé a preparar las cosas con mi orden y concierto acostumbrados: el chip antes que nada, ya dije que JAMÁS se me volverá a olvidar en casa, el suje técnico, los gayumbos de la suerte (un día contaré de qué va eso), calcetos bajos, camiseta sisa y pantalón corto, que el año pasado me cocí a fuego lento, el pulsómetro, la cinta y, cómo no, el pañuelito motero, que nunca me abandona por su polivalencia: si hace calor impide que se me derrita el coco y me caiga el sudor en los ojos y si llueve absorbe el agua para que no me caiga por la cara, y ocupa menos que una gorra. Como había procurado dormir poco la noche anterior (léase ir de juerga) para tener sueño la siguiente, me largué una sobada de diez horas, sí, diez, han leído bien, y el domingo amanecí fresca como una lechuga recién regada y resignada a sufrir lo que fuera que me esperara. Me despidió el churri en la puerta algo contrito, esta vez él no corría, sigue con molestias fuertes en el pie.
En la calle se dispersaban los últimos coletazos de niebla otoñal y el día se anunciaba despejado, caluroso y sin viento, propio del Octubre coruñés. Excelente lo del viento, pero teniendo en cuenta que casi todo el recorrido transcurría al sol, la cosa no pintaba bien. Yo iba repitiendo mi mantra hacia la línea de salida: "si no te encuentras bien, te retiras" y "nada de pasar de las 175 pulsaciones".
La zona de calentamiento era un hervidero de gente, creo que había apuntados unos 3500 pares de gambas, de los cuales llegaron a la meta unos  dos mil doscientos y pico, treinta y siete de ellos después de la que suscribe. Pero no adelantemos acontecimientos. Calenté ligeramente, di una vuelta a ver quién estaba y solo encontré a Bruno, que iba de miranda esta vez para apoyar a su equipo y me encaminé al cajón 4 con el resto de los runner-plebeyos, los que no bajábamos de 57 minutos, y a mucha honra. Odio esperar en el cajón, me pone nerviosa, así que me calcé los cascos intentando concentrarme hasta que sonó el disparo. La salida fue lenta y en general escalonada, incluso educada, nada de empujones ni adelantamientos por la derecha y sin intermitente. Y yo tampoco me aceleré, esta vez decidí dejar mi usual estrategia de "toro en los sanfermines" para mejor ocasión y dosificar bien mis fuerzas. De hecho, no cogí mi velocidad de crucero hasta el tercer kilómetro.
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Foto por cortesía de dietaydeporte

Tuve buenas vibraciones desde el principio, corría relajada y sin esfuerzo. Llegó la primera cuesta, que el año pasado se me había antojado un ocho mil, aminoré y resolví sin resollar, aceleré en la recta y, a mitad de ella, encontré un culito, o, más bien, un culito me encontró a mí. La propietaria del trasero me adelantó, yo la adelanté en el kilómetro siguiente, después me volvió a rebasar ella y así estuvimos jugando al tuya-mía y yo usándola de liebre, ella a mí no sé, hasta que en el kilómetro siete pegué un acelerón y la perdí de vista. No fue por competitividad, que aquí cada uno compite solo contra sí mismo, me fue genial para mantenerme entretenida y alejada de negros pensamientos en la parte más dura de la carrera, la que transcurre bajo un sol de justicia. En el cinco y medio una necesidad empezaba a atormentarme: ¿Dónde coño estaba el puesto de avituallamiento? Me estaba achicharrando. Al final, el oasis apareció en el seis, y con él el churri, que había bajado, con la lógica preocupación, para enterarse de si había enviudado o, si por el contrario, tendría que seguir aguantándome una buena temporada. Le dije que iba bien, y era la pura verdad, a pesar de que en algún momento rodaba a 187 pulsaciones. Ni un dolor, ni un sofoco, ya había conseguido disociar mi cuerpo en partes y las piernas iban independientes de la cabeza. Tirarme toda la botella de agua por encima sofocó gran parte de mis miserias. En el puesto de control del siete trescientos una señorita muy morruda con pinta de no tomar suficiente fibra me dijo que me quitara los cascos y el buen rollito que me iba dando la excelente versión de HIM del "wicked game" de Chris Isaak se fue a tomar por saco. Decidí no volver a ponérmelos y concentrarme a tope en los tres kilómetros que me quedaban. Tenía dos opciones: acabar manteniendo el ritmo, que empezaba a ser incómodo pero soportable, o intentar bajar de la hora y siete de mi última diez mil y terminar destrozada. Elegí lo primero, al fin y al cabo, era la primera carrera de la temporada y mis cañerías aún tenían una cierta cantidad de porquería mucosa que me lo iba a poner difícil. Enfilé el ocho, la calle donde vivo, y el churri estaba de nuevo allí gritándome que iba a acabar y que si iba bien. Levanté un dedo en señal de ok y la cabeza hacia casa, a ver si mi madre estaba esta vez en la ventana. Y sí, estaba. Saludé con más entusiasmo del que sentía, la carrera ya empezaba a pesar y la tentación de meterme en el portal también, y me sumergí en la vorágine, porque ya empezaba a correr por el centro y el público iba creciendo y no paraba de animar. Choqué manos de niños y agradecí los ánimos a los corredores que ya iban totalmente relajados de regreso, que por cierto, repetían siempre lo mismo: "venga, que ya queda poco". Y cuando me quise acordar, ya estaba en el kilómetro nueve, lo que he dado en llamar "la tortura psicológica de la organización". Y es que no me negarán que es una putada vil y rastrera hacerte pasar por delante de la meta cuando solo (o aún) quedan mil metros para terminar, cuando ya vas hecho mierda, viendo enanos de colores y tan jodido que si te mareas no eres capaz ni de decir tu nombre a los servicios de emergencia porque ni te acuerdas. Ese puto último kilómetro es el peor, y no debo de ser la única que lo piensa, porque cuando iba pasando a un señor que resollaba como un motor de cuatro tiempos, el hombre me soltó algo así como "Esto es horroroso, horroroso...". Le balbuceé como pude aquello de "venga, que ya queda poco", original que es una, al tiempo que también me lo repetía a mí misma, mientras pensaba dónde coño podría denunciar a esta gente por tortura mental, y eso que no le di caña a tope y crucé la meta en un tiempo neto de 01:08'15" con bastante presencia de ánimo, un minuto más que en mi anterior diez mil, y casi cinco minutos menos que en la carrera del año pasado. Entregué el chip, cogí la botella de agua y me marché para casa más contenta que unas pascuas, por los siguientes motivos (léase no se conforma el que no quiere):

  1. No la palmé.
  2. Acabé la carrera, a pesar de ir convaleciente y con poco entrenamiento.
  3. No llegué de última.
  4. Gestioné bien las fuerzas y no llegué destrozada. El año anterior había llegado mucho peor y cinco minutos más tarde.
  5. Corrí bien concentrada, relajada y contenta.
  6. No me dolió nada (en carrera, el día siguiente ya fue otro cantar).
Motivo especial de satisfacción para mí ha sido el hecho de que cuarenta y ocho horas después de la hazaña no me duele ni me ha dolido la rodilla que me tenía amargada desde hacía seis meses. Ahora toca descansar un poco, volver a coger el ritmo y empezar a preparar la San Silvestre. Pero esa ya es otra historia, y ya llegará el momento de contarla, espero. Solo pido que los virus me respeten esta vez. Hasta la próxima, vago-runners.



10 comentarios:

  1. Hola, hace un mes y medio aproximadamente comence a ver este blog, y por arte de birle birloque, hace 4 semanas me puse unas zapatillas de m.... de 15 euros del decatlon, y me fui a correr.

    Estuve corriendo 10 minutos andando deprisa para calentar, 1 corriendo y 3 andando x 10 repeticiones y me fui a casa.

    Como no me cansé, sorprendentemente, ni siquiera tenía agujetas, sorprendentemente, pues decidí que el siguiente día en correr, que fue un lunes, 3 días después de mi primera carrera, correría en vez de 1' x 3', 1' 30 '' x 2' 30'', y me volvió a ir bien.

    Al miercoles, como soy mas listo que nadie y no necesito estirar, porque soy así de chulo, corrí 2 ', y no podía correr mas, se me montaba el gemelo derecho, así que estuve andando deprisa 25 minutos, y en ese momento empece a correr y estuve corriendo 20' seguidos.

    El viernes, decidí dos cosas, 1º estirar y calentar, 2º hacerme una prueba de fuerza, y después de estirar y calentar, comencé a correr (yo llamo correr a un suave trote cochinero), para ver cuanto tiempo aguantaba, y a los 45 minutos, paré, porque tenía que irme a trabajar.

    Después he pasado una gripe de caballo y he estado hasta hoy sin correr, hoy ande 5 minutos deprisa, estiré 5 minutos y corrí 24 ' andé 2' y corrí otros 20'.

    Bueno, me he dado cuenta, que no estoy tan quemado como creía, que me gusta correr, que me siento mejor y que cuando termino de correr, tengo ganas de que llegue el siguiente día de carreras.

    Quería darte las gracias, tengo 40 años, no había corrido en mi vida, tengo un ligero sobrepeso (77 kg para 170 cm) y he aprendido en tu blog que no hace falta ser superman ni superwoman para correr, y además es divertido.

    Un cordial saludo.

    Postdata: ya me he comprado unas zapatillas de 65 pavos, no es que sean la bomba (que caras son joe) pero creo que suficiente para un "cochino trotador".

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  2. Mil gracias. Comentarios así me dan ganas de seguir corriendo y de seguir haciendo este humilde blog. Te felicito por empezar a correr y por hacerlo de la forma correcta, poco a poco y, sorprendentemente, sin agujetas. Eso de que si no duele no tiene valor ya no tiene razón de ser, al menos para mí, porque entonces deja de ser divertido y te amuermas. Y las zapas son caras, sí, pero sólo tienes un juego de articulaciones y hay que cuidarlo. Enhorabuena y espero verte por aquí.

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  3. Fata, estoy que me salgo del pellejo de contento, hoy por primera vez en mi vida he corrido 10.000 metros, bueno, he andando los 1.000 primeros para calentar y luego rompí a correr, hice una vuelta al Paseo del Parque (de la urb Sotogrande en San Roque (Cádiz)), que tiene 5.000 metros, al volver a casa estaba ya para hacer 7.000 metros, y en mi interior me dije a mi mismo "que cojones" y tomé camino a la pista de atletismo, cuando llegue ya llevaba casi 8.000 y una vez dentro empece a dar vueltas hasta que la simpatiquisima chica de mi gps me dijo " 10 kilometros en 1 hora 12 minutos", entonces di una vuelta mas a la pista, andandito, unos estiramientos y paseando a casa (que son otros 800 metros), y como una rosa oiga¡¡¡.

    Las pulsaciones entre 150 y 160, salvo alguna cuesta arriba que se han disparado a las 175. Esto no se que tal lo ves tú Fata, que tienes mas experiencia que yo en esto de correr.

    Un saludo.

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  4. Enhorabuena, Jesús. Entiendo que estés emocionadísimo, la primera vez que se consigue hacer los diez kilómetros es una pasada ¿verdad? No sé a qué estás esperando para apuntarte a una carrera, muchacho.
    En cuanto a las pulsaciones, pues ya habrás leído alguna vez en este blog que son como el culo y las opiniones: cada uno tiene las suyas. Ni siquiera son fiables las tablas de edad tipo 220-edad o el Karvonen, solo tú conoces tu cuerpo. Por eso sería fenomenal que te midieras en carrera, normalmente (y hablo solo por mí) se puede llegar a correr hasta a 20 pulsaciones más que durante un entrenamiento. Yo en entrenamiento de 10.000 a más de 165 voy francamente jodida, y en carrera no bajo de las 180, y eso que las tablas dicen que no puedo pasar ni de coña de las 160. Si te preocupa mucho el tema lo mejor es que consultes a un cardiólogo o te hagas una prueba de esfuerzo. Por cierto, Jesús, yo que tú me regalaría unas zapatillas nuevas de premio por haber hecho los diez mil. No vaya a ser el carajo que ahora que estamos en el buen camino te me lesiones ;)
    Sígueme contando tus progresos, que me animan mucho. Besos

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    1. Gracias por la enhorabuena, si es una pasada, y mas aún cuando ni siquiera lo llevas en mente. Llevo corriendo solo desde el 28 de septiembre y la verdad no creía que pudiera hacerlo tan pronto.

      Con lo de las pulsaciones, tengo un hermano "sabiondo" que me dice que yo no debería pasar de las 140, y yo la verdad a 140 voy haciendo punto, jajajaja. He cogido cita para el cardiologo, para practicar una ergometría (creo que se llama así). El me sacara de dudas.

      Las zapatillas las tengo nuevas de octubre, cuando corrí dos días me di cuenta que las necesitaba, me gasté 65 euros, son reebok, y he notado mucho la diferencia.

      Tambien he notado la diferencia al hacer los 10000, porque los hice por asfalto, acostumbrado a correr en pista de tierra, pero tampoco ha sido muy doloroso.

      Bueno, el proximo miercoles cardiologo, ya te contaré que me dice. Y este fin de semana si puedo iré a correr a una pista de atletismo con tartan, a ver que tal es eso, pero debe ser la hostia correr sobre esa superficie.

      Un abrazo.

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    2. Por cierto, se me quedaba en el tintero, correr en Cádiz es la repanocha, estamos a mediados de noviembre y aún no hemos bajado de los 20º C durante el día. UNA BOMBA OIGA.

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  5. Pues ya nos contarás del cardiólogo, aquí hay unos cuantos que estamos obsesionados con las pulsaciones, jajaja. Yo bajé hoy a correr a las dos y media de la tarde y también estábamos a 20 grados ¡y con sol! El problema es la lluvia. Y qué, ¿te animas a una San Silvestre? Bss

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  6. Pues ya fui al cardiólogo, y me dijo lo siguiente:
    1º Tengo el corazón bien.
    2º Tengo una buena recuperación después del esfuerzo.
    3º Se nota que no he hecho deporte en mi vida.
    4º Después de 40 años de vida sedentaria no puedo entrenar a 165 ppm.
    5º Me ordenó reducir la velocidad hasta que pudiera mantener unas ppm en torno a las 144 + o -.

    Así que ayer (que no podía correr a causa de una contractura en la espalda) salí a andar 9 km en hora y veinte minutos. Y hoy que ya me encontraba mejor salí a trotar y lo hice durante una hora y 4 minutos, y corriendo entre las 137 ppm y las 150 ppm, cubriendo una distancia de 8.200 metros.

    8 min/km, la verdad es que me gustaba mas correr a 6' 30'' el km, pero he decidido oír al cardiólogo, correr me gusta, y por eso creo que será mejor hacerlo escuchando a quien mejor me puede aconsejar.

    No obstante, estoy contento, porque realmente solo llevo corriendo desde el 28 de septiembre, y soy capaz de trotar durante mas de una hora seguida, así que para seguir progresando lo haré poco a poco.

    Me ha explicado el cardiólogo que para ganar capacidad aeróbica lo ideal es correr entre el 60 % y el 80 % de mi rc máximo, que haga mas tiempo sin importarme la distancia ni la velocidad, que esto llegara solo, y podré correr a mas velocidad sin aumentar las ppm.

    Bueno, ahora termino de trabajar, son casi las 06:00 A.M. y después de la noche llega el descanso, tres días de descanso, por dos de trabajo, así que el martes antes de comenzar a trabajar haré mi siguiente entrenamiento, a 144 ppm.

    Por cierto, la contractura es como consecuencia del Tai Jitsu, que en noviembre he comenzado a practicar artes marciales, para ganar elasticidad, y aprender un poco de defensa personal, que la vida está muy mala, jajajaja. Oye está bonito y se suda también la gota gorda, además de hacer unos estiramientos buenísimos.

    Un saludo, eso sí con kimono e inclinando el tronco, jajajaja, que disciplinados los muchachos que van a Tai Jitsu, da gusto ver como se dirigen al profesor. Ciao Bella.

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  7. Ya me has acojonao, Jesús, jejejej. Y dime una cosa ¿jamás te va a dejar correr a más pulsaciones que esas 145, o en un futuro podrás subirlas? es que pienso en mis 180 en carrera y literalmente me cago en los pantalones... En fin, gracias por compartirlo con nosotros. A mí está claro que me va a dar para reflexionar. Sayonara, baby, y sígueme contando, porfa.

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  8. Bueno, trabajando de nuevo, no he podido correr hoy, he tenido que cuidar de mi chica, que estaba con gripe.

    No, Fata, si me dejará correr a mas de 145 pulsaciones, me hablo de las 160 - 165, pero que primero debía trabajar mas, tu llevas ya mas de dos años corriendo y yo llevo casi dos meses :-)

    Entonces como se que puedo superar la hora corriendo, lo que voy a intentar es aumentar primero a los 90' y después a los 120', respetando las ppm que me mando el cardiologo, y que según el poco a poco lograré correr mas deprisa con las mismas pulsaciones, y cuando lleve corriendo medio año me plantearé aumentar las ppm en intervalos primero mas cortos y luego aumentarlos.

    Bueno ya te iré contando. Szép búcsú.

    Por cierto lo que creía contractura es fisura en una costilla, el médico me dice que un mes de reposo, y yo le he dicho que se compre un mobilette Cady para vigilarme.

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