martes, 31 de enero de 2012

SEGUNDO PASO PARA LEVANTAR EL CULO DEL SOFÁ


imagen cortesía de www.ahorrodiario.com

Hola, querido vago. Prometí que volvería para martillear tu conciencia como un jodido Pepito Grillo y aquí estoy. ¿Qué tal te ha ido desde la última vez que nos vimos? ¿Me hiciste caso? ¿Has empezado a mover el culo? Si es así, felicidades. Pongámonos en lo mejor: has comenzado a andar un poquito, te sientes bien y te apetece empezar ya a andar un poco más rápido o incluso correr (no mucho, recuerda, puedes herniarte). ¡Fantástico!

La mala noticia es que quizá en este momento empezarás a escuchar cantos de sirenas. No sirenas cualquiera, no, sino unas sirenas especialmente atractivas de sedosos cabellos rubios, enormes ojos azules y tetas enormes y turgentes. Te llamarán con voz de lo más convincente para que te quedes en el sofá con ellas y, consecuentemente, tu culo siga creciendo. A ellas les importa un carajo, de cintura para abajo son peces y no les crece el culo. Pero a ti sí. Y en ese momento inventarás toda suerte de excusas y pretextos para no salir a correr/andar. Verbigracia:

1. No sé correr. ¿Que no? Si quieres te meto en casa cualquier cosa que te de mucho miedo: una tarántula, una víbora de los pantanos, un tigre de bengala, un violador del Ensanche, ya verás cómo sí sabes correr.

2. Me da vergüenza. Anda, alma de cántaro. ¿Pero tú te crees de verdad que pudiendo recrear la vista en nalgas respingonas, torsos musculados como tabletas de chocolate, pectorales que apuntan al cielo, piernas torneadas, vientres firmes (es el cuerpo que suelen tener los corredores habituales) alguien se va a fijar en ti? Estás de coña... Si esto no te convence, cógete el coche y vete a correr a algún desierto hasta que pierdas la vergüenza.

3. Hace frío. ¿Y para qué coño está la ropa, pregunto yo? Ponte encima toda la que creas que vas a necesitar, aunque la mitad te sobrará al cabo de un rato. Más que llevar mucha ropa encima es mejor "cerrar escotillas", abriga más llevar guantes, gorro y una braga al cuello (sí, se llaman así, qué le vamos a hacer) que ponerse dos sudaderas. Ah, abrigarse para sudar sólo hará que te deshidrates, no te hará adelgazar.

4. Hace calor. Ahí sí que no te puedo ayudar. Si hace mucho calor ya no te podrás quitar más cosas, aunque siempre puedes llevar una botella de agua e ir tirándotela por encima. De todos modos, estamos en enero ¿qué carajo me estás contando? Para cuando llegue el calor ya estarás enganchado al running y el calor te importará una mierda. En cualquier caso, procura siempre correr con la fresca, bien a primera hora de la mañana o a última de la tarde.

5. Estoy cansad@. Por supuesto que lo estás. Cansado de no hacer nada. Cansado de que la huella de tu culo en el sofá sea cada día más grande. Cuando vengas de correr también estarás cansado, pero será otro tipo de cansancio, no ese cansancio asqueroso que tienes cuando llegas de trabajar, arrastrando los pies y tu cada vez más enorme culo. Es un cansancio agradable que te hace dormir toda la noche de un tirón. En los días siguientes el cansancio dará paso a una energía ilimitada.

6. No tengo tiempo. Nada que objetar, en esta vida moderna que nos enloquece. Pero date cuenta de que por ahora no necesitas mucho, unos 20-25 minutos por sesión. Para cuando necesites más ya estarás enganchado y sacarás el tiempo de debajo de las piedras, como hago yo.

7. No tengo equipo. No, por ahí sí que no paso. Unas zapas las tiene cualquiera, un pantalón cómodo de andar por casa, también, y una sudadera vieja. Y si no, hay tiendas y/o mercadillos donde te haces con ambas cosas por quince euros. Doy por hecho que las zapas ya las tienes, y por ahora no hace falta que te compres unas específicas de running. Ya te las autorregalarás cuando estés enganchado.

8. Tengo mucho trabajo. Sí, y como no hagas una pausa para desconectar, tu eficiencia bajará muchos puntos. Correr aclara las ideas y refresca el cerebro. Lo recarga de oxígeno.

9. No tengo con quién dejar a los niños. Muchas veces yo tampoco, pero mi bicho va en su patinete y yo voy corriendo. Así los dos hacemos ejercicio. ¡Y anda que no me encuentro progenitores por mi recorrido habitual corriendo mientras empujan el cochecito de su bebé, incluso muchos los llevan a las carreras populares!

10. No tengo motivación. Bueno, si estás leyendo esto, es que alguna tienes. ¿Motivación? Levántate la camiseta delante de un espejo y mírate bien. Ahí la encontrarás, para bien o para mal.

            ¿Has dejado de escuchar a las sirenas tetonas? ¡Perfecto! Levanta el culo. Nos veremos en una próxima entrega. Besazos, vaguete.

5 comentarios:

  1. jajajjaa, no se te ha olvidao ninguna excusa no?? bueno si... ! hoy no puedo, q he comido como un animal y si corro me da un jamacuco, mejor lo dejo pa mañana" ;)

    BSS

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno y si tienes mucha razón, yo no puedo correr (por razones medicas) pero debería salir a caminar, pero dónde dejo a los niños ???? jajaja
    Besos

    ResponderEliminar
  3. Ya estamos con las excusas. Llévatelos contigo!!!

    ResponderEliminar
  4. Jjajajajaj bueno..y sirve cambiar el correr por poner árboles? la azada da mucho trabajo también..jajajaj

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Coño si da trabajo! como que prefiero mil veces correr al azadón, lo digo en serio. Deja un dolor de espalda que pa qué, uffff

      Eliminar