jueves, 23 de octubre de 2014

MORGANA Y LAS BRAGAS DE LA SUERTE


Nunca hagáis esto, nenas. Las de Pam son de goma y no pesan
Hola, queridos. Os gusta el título, ¿eh? Realmente remite a la ropa que me suelo poner para ir a las carreras y prometí que un día explicaría el motivo de adjetivar de forma tan llamativa a tan humilde (pero necesaria) prenda. En la entrada anterior empezamos a vestirnos por los pies, así que lo lógico es ir subiendo. Como habréis imaginado, esta entrada trata sobre la ropa interior femenina para correr. Señores, abstenerse.

Hace muchos años, hace eones, incluso, comentaba yo en una comida la envidia que me daba mi churri cuando lo veía salir por la puerta dispuesto a hacer unos cuantos kilómetros corriendo y la esperanza de que en un futuro muy lejano yo pudiera llegar a hacer lo mismo. Uno de los comensales me miró descaradamente la delantera y me dijo: "Que no te siente mal lo que te voy a decir, pero no creo que puedas llegar a correr nunca. Tienes demasiado pecho". Le contesté que me parecía poco probable que los deportes de impacto estuvieran solo reservados para las planas y ahí nos liamos a hablar de las jugadoras de fútbol que se sometían a reducciones de mama y patatín y patatán, pero yo me quedé con la copla. Vaya por delante, nunca mejor dicho, que da exactamente igual la talla que calces. Para cualquier corredora, sea del nivel que sea, se hace totalmente imprescindible el uso de un sujetador técnico, por razones obvias: al correr se impacta, el pecho rebota y los músculos pectorales pueden sufrir desgarros importantes. Así que mi primera visita al Decathlon, un par de semanas después de empezar a correr, fue para hacerme con un par de piezas. Ni que decir tiene que aproveché para comprar algunas cosillas más, pero eso es otra historia. Todas las marcas deportivas cuentan en su catálogo con sujetadores técnicos hasta la talla 105, así que no hay excusa para que las del club de las tres cifras (talla 100 en adelante) dejen de unirse al apasionante mundo del running por miedo a que sus pechámenes sufran. Eso sí, no esperéis prendas divinas y sexys. Están hechas para proteger el pecho, no para ligar, y eso que en los últimos años el diseño ha mejorado bastante. Los primeros que compré yo solo pueden describirse como un verdadero antídoto contra la lujuria, aunque sujeten como si no hubiera un mañana. Además de ser feos hacen un pecho raro, aplastado y sospechosamente picudo. Y olvidaos de esos monísimos tops técnicos que dejan toda la barriga al aire, no valen para nada a no ser que se lleve sujetador por debajo. Ahora casi todas las marcas low cost tienen ropa de deporte, pero en relación calidad/precio en sujetadores Decathlon se lleva la palma, en mi opinión. El modelo básico en rebajas ronda los seis euros.
Sujetador básico de Decathlon. Feo pero efectivo. Los tirantes se pueden juntar en la espalda.

Top de Decathlon, un poco más mono, pero no sé qué tal irá de sujeción
Top de H&M. Ideal, pero no sujeta


Top de Oysho. Más de lo mismo.

Bien, una vez resuelta la cuestión de arriba, vayamos a la de abajo. ¿Por qué bragas de la suerte? Porque es una suerte encontrar unas que soporten una carrera de diez kilómetros sin que se metan por el culo, hablando en plata. Las afortunadas propietarias de culete respingón sabrán de qué hablo. Las braguitas tienen la irritante costumbre de ir despareciendo entre las nalgas a medida que una se mueve. Yo reservo unas de cuello vuelto con estampado colchonero (rayas blancas y rojas) que no se desplazan ni un milímetro para los días de carrera. Pero hay otras opciones. A las fans del tanga no les aconsejo su uso, la tira central acabará rozando y haciendo daño a la larga, y no veo otra solución para evitarlo que untarse generosamente vaselina entre los cachetes del culo. También existe la posibilidad de ir de comando y prescindir de la ropa interior, allá cada cual. Los culottes me resultan incomodísimos, así que un día que pasé por un mercadillo se me encendió la bombilla con una idea feliz y me compré unos gayumbos, como lo oís, de ésos bien pegaditos al muslo y sin bragueta ni espacio para acomodar el paquete que no tengo. Y fue mano de santo, palabritadelniñojesús. Los bóxers de lycra se acomodan sin problemas a todos los tipos de trasero, son elásticos y ni te acuerdas de que los llevas puestos. Y si tienes algún percance durante una carrera nunca te pillarán en bragas, nunca mejor dicho.

Terminemos este post con una prenda importantísima: los calcetines. Nunca se debe correr sin ellos por aquello de las rozaduras. Y mejor elegirlos técnicos, porque algunos calcetos tienen la mala costumbre de ir desapareciendo en las profundidades de las zapatillas, formando arrugas y, en suma, jodiéndote la existencia mientras corres. Yo soy fanática de los tipo escarpín por el tema de que no me queden demasiadas marcas del sol. Mis favoritos son los de newfeel, que también venden, cómo no, en san Decathlon. A veces compro también los de tenis. Para el invierno prefiero los reebok.

En fin, en siguientes entregas seguiremos poniendo capas a nuestra indumentaria. Esta vez para los dos sexos y para todos los públicos. Me voy corriendo a entrenar. Mil besotes.

3 comentarios:

  1. Muy buen post! De aquí a empezar a colgar looks no queda nada! jejejejejeje El segundo sujetador de Decathlon lo tengo yo. Es maravilloso, lo prefiero a otro Nike cariiisimo que tengo!

    ResponderEliminar
  2. ¿Colgar looks? jejejej. Primero tendré que buscar modelos.Gracias y un besazo. Ah, y suerte en Mesoiro!

    ResponderEliminar
  3. De modelo tú! A lo egoblogger! jajajajajajaja Mesoiro va a acabar con mis piernecillas... Pero hay que ir! Gracias!!!

    ResponderEliminar